Parque del Manzanares

El proyecto ambicionaba la transformación de una zona que contenía las infraestructuras eléctricas y de saneamiento de la capital española en un gran parque,  que respondiera a las necesidades deportivas y de ocio de los barrios colindantes. El proyecto de RBTA partió de los estudios previos sobre el tratamiento del río iniciados como parte del Plan de Saneamiento de Madrid.

Integrando criterios medioambientales, el diseño del Parque del Manzanares representa no sólo la creación de un gran espacio natural, pero también la recuperación del río Manzanares para los ciudadanos y visitantes. La naturaleza y el río son los elementos perfectos para generar sinergias entre el terreno y su vocación como parque metropolitano.

Libre de edificios, el parque ofrece un entorno idóneo para la práctica de deportes al aire libre, como el jogging y el ciclismo, deportes náuticos en un canal de remo de generosas dimensiones y actividades culturales y eventos. El proyecto contempla cubrir las salidas de los colectores en el extremo norte del parque y aislar la planta purificadora y la estación eléctrica para ocultar las instalaciones y evitar la emanación de olores molestos.

La columna vertebral del proyecto está formado por tres elementos estructurales: el curso del río bordeado por dos paseos arbolados y reservado a peatones y ciclistas; un eje principal peatonal que cruza el parque en línea recta conectado los dos márgenes, discurriendo primero a lo largo de un lado, después a lo largo del lado opuesto; el tercer elemento es una trama ortogonal de caminos que forman parterres plantados con árboles locales.

En su paseo por el parque los visitantes descubren los distintos equipamientos;  en la primera sección, un anfiteatro verde para la celebración de actividades culturales. El anfiteatro se abre en perspectiva hacia el eje central bordeado de árboles. El eje peatonal de tierra compactada cruza el río en dos puntos y conecta el anfiteatro con el pabellón deportivo/recreativo rodeado de un jardín formal, cuyo elementos compositivo principal es una amplia superficie de agua frente al río. Perpendicular al eje principal, un eje secundario dirige al visitante a un espacio para la celebración de conciertos al aire libre con capacidad para aproximadamente 15.000 personas. Por sus dimensiones, este espacio recuerda el foro romano.

En todo el perímetro este del parque y a lo largo del Camino de Perales, una pérgola parcialmente cubierta en forma de una columnata de hormigón arquitectónico, incluye bares y restaurantes. En el punto más alto del terreno, dos pirámides-miradores, una en forma de meseta y la otra triangular, ofrecen vistas panorámicas de la ciudad.

A cada lado del río, una zona de piscinas, estanques y playas conforma un gran complejo acuático. En la franja este del parque, se reserva un área de aproximadamente 20 hectáreas de viveros para el cultivo de una variedad de árboles, arbustos y plantas.