Bodegas Château Lafitte-Rothschild

El vino de dos añadas del Château Lafitte-Rothschild envejecerá en esta elegante bodega semienterrada  con capacidad para dos mil barricas. Las dimensiones requeridas determinan el carácter monumental de este espacio único; una cripta en el interior y un muro que recuerda las fortificaciones de Vauban, en el exterior.

La elección de un octógono inscrito en un cuadro de 50 metros de lado, permite la definición de dos arquitecturas: un espacio único que puede ser captado en su totalidad a primera vista, una sala hipóstila donde convergen las vigas radiales; y una arquitectura de muros de hormigón en el exterior. El espacio residual entre el octágono y el cuadrado se reserva a otros elementos del programa: la entrada a las bodegas existentes, la salida a la planta embotelladora, una oficina y una pequeña sala de exposiciones.

Una gallería elevada de 1.4 metros permite a los visitantes visitar la bodega sin interrumpir la actividad de los trabajadores. Las columnas y las balaustradas de esta galería son elementos prefabricados y su diseño se basa en la geometría del octógono.

El principal problema constructivo radicaba en la creación de una estructura que generara un amplio espacio subterráneo diáfano, que a la vez fuera capaz de soportar el considerable peso de 2 metros de tierra cultivada sobre su cubierta.

Los techos ligeramente inclinados de la bodega presentan vigas de 14 metros que convergen en el centro. El efecto del la cúpula plana se mantiene hasta el centro, donde una sola abertura permite la filtración de una columna de luz. La fachada exterior de la bodega es de hormigón, con algunas líneas horizontales en piedra natural.

La planta embotelladora, tratada como una columnata abierta sobre la zona de trabajo y de expedición,  armoniza con la fachada existente. El tratamiento de los espacios exteriores consiste esencialmente en la creación de amplias superficies planas que facilitan el trabajo de los cosechadores.

La cripta está conectada al resto de las bodegas del château  a través de un túnel. Las viñas crecen sobre la cubierta de las bodegas, reduciendo de esta manera el impacto sobre el entorno. Los viñedos están interrumpidos por una calle de acceso, diseñado como un corte en el paisaje.

La construcción está realizada con hormigón arquitectónico, vertido in situ. La tecnología del hormigón prefabricado  se elevó al nivel de perfección para conseguir un material que correspondiera a este espacio delicado y exquisito.