La Pirámide

La Sociedad de Autopistas del Sureste de Francia encargó a El Taller de Arquitectura la construcción de este monumento en la frontera de la autopista catalana entre España y Francia. No se trataba de un encargo definido y explícito, sino una idea vaga y ambiciosa, que suponía un reto para abordar nuevas propuestas y experiencias. Se trataba de diseñar un proyecto que contribuyese a la humanización de las Autopistas del Sureste, como respuesta a la monotonía de interminables kilómetros de alquitrán y hormigón.

El Taller de Arquitectura aceptó con entusiasmo este proyecto a la luz de los estudios teóricos y prácticos relacionados con los problemas de desarrollo de la forma a una escala mayor. La intervención, fuera de un contexto urbano, podía tener un impacto decisivo en un paisaje determinado. Era necesario, por lo tanto, diseñar en términos de un ámbito geográfico lo más amplio posible.

El equipo constató, en primer lugar, que la ubicación del proyecto en la frontera era meramente accidental, anecdótico, un simple pretexto para la realización de una obra representativa.

La autopista fue construida para abrir las comunicaciones entre los dos países y para el paso de personas. Cataluña ha sido siempre un espacio de intercambio, de tránsito. La cultura catalana se ha caracterizado por su capacidad de asimilar las ideas y las corrientes externas. Con la visión de los Pirineos como eje integrador del territorio catalán, el equipo centró su investigación sobre la forma y el diseño del paisaje. Queríamos animar y humanizar el largo recorrido de la autopista a su paso los Pirineos, pero el proyecto, debido a su magnitud, no resultó viable. A pesar de la reducción del programa del proyecto, la nueva propuesta para el Parque de la Marca Hispánica como un paseo elevado y majestuoso de más de un kilómetro de longitud, resultaba demasiado ambiciosa, y, como alternativa, el Taller de Arquitectura presentó el diseño de la pirámide como su propuesta definitiva.

El tamaño y el volumen de la pirámide (80 metros de altura y una base cuadrada de 100 metros) se explica por la cantidad de tierra retirada  para la construcción de la carretera. En lugar de disponer de la misma para el relleno de los valles de los alrededores, el Taller de Arquitectura propuso que la tierra extraída se transportara a la localización destinada al proyecto. Esta pirámide truncada con falsas perspectivas y un jardín francés clásico, fue la respuesta del equipo para la construcción, en el centro de los Pirineos, de una obra que se integraría en el paisaje, pero reconocible como una obra construida en contraposición con la naturaleza.

La parte superior del  monumento es un homenaje a Cataluña, las cuatro barras de su escudo y su bandera, simboliza y materializa además la cooperación internacional y la fraternidad.