Les Arcades du Lac. Le Viaduc

Este ambicioso proyecto realizado en Francia por el Taller de Arquitectura, se enmarca dentro del programa de las villes nouvelles aplicado por el gobierno francés en las afueras de Paris: ciudades creadas de la nada para descongestionar el centro de la ciudad y fomentar el desarrollo controlado, evitando en la medida de lo posible la creación de meros suburbios. Además de ser la primera de las construcciones de Bofill en Francia, este proyecto constituye un hito importante en la historia del Taller de Arquitectura. En los textos de la época que describían el proyecto, el punto de partida estaba marcado por  la relación entre la tecnología y la Historia de la Arquitectura, con el objetivo de definir y combinar avant la lettre las dos tendencias; objetivo asumido más tarde por el movimiento conocido como postmodernismo.

Producto de los peores momentos de la crisis de los 70, este proyecto pretendía resolver el acuciante problema de escasez de viviendas de manera rápida y económica. La forma y distribución de los edificios de apartamentos se basaba en los elementos del jardín francés, incorporando un cambio considerable de escala y transformado los solares en edificios. Esta distribución permitió la creación de espacios públicos básicos para la formación de la ciudad: la calle y la plaza. La calle, como lugar de circulación, y la plaza, como lugar de encuentro y de relaciones sociales. Gracias a un amplio aparcamiento subterráneo que conecta a todos los edificios, todas las calles son exclusivamente peatonales, algunas están rematadas con pórticos en cada extremo.

La distribución ortogonal de los edificios, calles y plazas también evoca una solución adoptada a lo largo de la historia en numerosas ocasiones, desde Hipodamo de Mileto hasta New York, desde La Valette hasta la Barcelona de Ildefonso Cerdà. La simplicidad de la organización ortogonal está ampliamente justificada por su eficiencia funcional, y más que nunca en épocas de crisis como la del período en que se realizó el proyecto. El análisis de la composición del jardín francés no se limitó a la reproducción de sus formas, si no que fue un intento genuino de crear una ciudad jardín, en la que la vegetación y el lago desempeñan un papel fundamental. La notable presencia del lago provocó la construcción del acueducto y la forma que se adoptó para los nuevos edificios de viviendas construidos sobre el agua, retomando la larga tradición francesa de construir castillos sobre puentes, especialmente en la región del Loira.

La preocupación final de Taller de Arquitectura, en el momento del inicio de la construcción, se centraba en el temor de que el modelo urbano que había desarrollado pudiera ser retomado y copiado sin una recreación similar del análisis riguroso que necesariamente precedía a su proyecto.  Con el tiempo, sus temores se confirmaron en parte, y el movimiento postmoderno que empezaba a emerger fue desacreditado por una vulgarización indiscriminada comparable a la que sufrió en su momento el Movimiento Moderno.

Respecto a los aspectos prácticos de la ejecución existían una serie de limitaciones impuestas por la normativa, los códigos y costes, que obligaron a replantar ciertos aspectos del proyecto; especialmente, la utilización de la tecnología existente como la prefabricación, mejorando alguna de sus características, el sistema estructural por medio de encofrado túnel y fachadas de paneles de hormigón prefabricado o revestimiento de terracota.

Trabajamos en el conjunto el proyecto, el diseño de los moldes para las fachadas, su ornamentación sencilla en hormigón visto y su composición, para ajustar el sistema de proporciones y texturas a las necesidades estéticas del proyecto “clásico” que habíamos diseñado.

Pretendíamos convertir el bloque racionalista en una unidad elegante, esbelta, de 8-10 metros de profundidad, para conseguir la doble exposición en todas las habitaciones. Eso suponía de entrada un problema. Superando el mito higienista racionalista, obsoleto, se conseguía de forma generalizada, la doble exposición este-oeste y norte-sur. Basándonos en este postulado, las construcciones racionalistas, que en el pasado se situaban para conseguir una exposición sur, tendrían ahora más libertad para componer las fachadas. Conseguimos, pues, realizar un diseño en consonancia con el modelo del espacio exterior de la calle y la plaza, y de esta forma participábamos además en el diseño del espacio público, como ocurría en la Historia de la Arquitectónica.

Una ciudad jardín vertical, construida para sus habitantes, con naturaleza, sin coches, pero con aparcamiento bajo rasante que garantizase el transporte individual.

“Le Viaduct” es un complejo de 74 apartamentos construido sobre el lago artificial, a los que se accede a través de una calle peatonal compuesta por pequeños puentes que comunican los seis edificios al nivel de la planta baja. Los núcleos de circulación vertical ocupan la parte central de la fachada norte y todas las estancias son exteriores.

“Les Arcades du Lac” contiene 389 apartamentos de renta limitada agrupados en cuatro bloques cuadrados con amplios patios interiores, accesibles desde la calle. Los edificios consisten en planta baja y tres plantas superiores. Todos los apartamentos gozan de  doble orientación. Las escaleras están situadas en pabellones que sobresalen de la fachada, con dos puertas por rellano y acceso directo al aparcamiento.  El programa incluye espacios públicos con plazas y jardines a las orillas del lago artificial.

Este ejercicio encarnó el primer modelo de una compleja serie de proyectos que se desarrollaron en el futuro. Sabíamos que como modelo primario era fácilmente reproducible, y conocíamos, por experiencia, el riesgo que implicaba divulgar los modelos. Por ese motivo el proyecto contenía algunos elementos totalmente subjetivos, y por eso, basándonos en este primer ejemplo, desarrollamos una serie de ejercicios complejos donde las implicaciones tecnológicas y culturales fueran todavía más complicadas.