Terminal 1 del Aeropuerto de Barcelona

La inauguración de la Terminal 1, reafirmó la posición del Aeropuerto de Barcelona como uno de los diez primeros aeropuertos de Europa. Ricardo Bofill diseñó una estructura esbelta en forma de espada, inundada de luz natural a través de sus fachadas acristaladas. Unos 100.000 usuarios utilizan diariamente esta terminal de más de un millón de metros cuadrados, diseñada para acoger a 55 millones de pasajeros al año.

Situada entre el Mar Mediterráneo y la Terminal 2, realizada por el equipo de Bofill en 1992,  con ocasión de los Juegos Olímpicos, la T1 fue concebida como un espacio singular dinámico bajo una enorme y espectacular cubierta; un espacio dividido en dos zonas principales, el procesador y los diques. El hall principal del procesador, bajo la cubierta en forma de ala, recibe una gran cantidad de luz natural a través de los lucernarios lineales. El dique central, de 700 m de longitud, y los diques laterales sugieren la forma de un avión.

La nueva terminal funciona como puerta de entrada y hub intermodal, conectando Barcelona con el resto de Europa. La T1 aspira a promover las conexiones y el tráfico de pasajeros, y mejorar los accesos al aeropuerto a través de los distintos medios de transporte (AVE, trenes de cercanías y la futura ampliación de la línea 9 de metro).

El edificio tiene capacidad para acoger anualmente 25 millones de pasajeros, doblando la capacidad actual de ambas terminales. El edificio comprende dos volúmenes principales bajo un mismo techo. El primero, de 500 metros de ancho, está reservado a la facturación, la seguridad y la recogida de equipajes; esta zona conecta a los pasajeros con los distintos medios de transporte. La sección, de 700 metros de largo, incluye las salas de embarque, salas de espera y zona comercial.  La transparencia del edificio invita a la contemplación de las pistas, el mar y la vegetación, a la vez que inunda las zonas reservadas a los pasajeros con luz natural.

La terminal incluye además un spa, un centro de fitness, un salón de belleza, cuatro salas VIP, y una capilla ecuménica. Los pasajeros en viaje de negocios tiene acceso a un business centre de 8500 metros cuadrados, con cinco oficinas, y una zona multiusos con cuatro salas de reuniones. El centro incluye un gimnasio y una zona de descanso.

La estructura unificadora en granito blanco pulido, permite que la luz se filtre a través los muros cortina de vidrio y los lucernarios, generando una arquitectura de inspiración mediterránea. Los techos, de baldosas cerámicas, están ligeramente arqueados, creando un efecto futurista. La arquitectura del interior del edifico, conocido como el «sky centre», combina las líneas rectas y curvas.

La terminal es uno de los más grandes proyectos de ingeniería civil realizados en Europa. La estructura se diseñó teniendo en cuenta la sostenibilidad, colocando una gran cantidad de paneles solares sobre la cubierta de aluminio; el 70 por ciento del agua caliente de la T1 se obtiene a través de los colectores térmicos. El muro cortina, resistente al aire, a las filtraciones de agua, al viento y sus propias cargas constantes, está formado por paneles de vidrio con marco de aluminio. El resultado es una estructura ligera y luminosa.

El nuevo procesador dispone de 166 mostradores de facturación y 52 máquinas de auto check-in. Con la puesta en funcionamiento de la T1 las operaciones aeroportuarias mejoraron de forma considerable. En 2004, el aeropuerto gestionaba 64 operaciones por hora. Actualmente se realizan 90 operaciones de vuelo por hora.

Por dos años consecutivos, en 2011 y 2012, el Aeropuerto de Barcelona El Prat ha sido elegido como mejor aeropuerto del Sur de Europa y ha recibido el premio Skytrax. En el marco de la 20ª Asamblea General Anual del ACI (Airports Council International), se premió la excelencia y logros de la terminal en aspectos relacionados con la calidad de los servicios, tanto para los usuarios como para las compañías, la oferta comercial y respeto al medioambiente